miércoles, 14 de marzo de 2012

Autoestima




Consejos para estimular la autoestima de los niños

La autoestima se construye a través de un proceso de asimilación e interiorización desde el nacimiento pero que puede modificarse a lo largo de toda la vida. Se genera por la imagen que los otros nos dan de nosotros mismos y por el valor que demos a esta imagen. Es durante la infancia y adolescencia donde la autoestima crea una marca profunda, porque es en estas etapas cuando nos encontramos más vulnerables y flexibles.

Considerando que una buena autoestima hará con que el niño experimente efectos positivos como la confianza, el ánimo, el interés y el placer de aprender y de realizar sueños, es necesario que sea edificada desde que el niño sea apenas un bebé. El afecto y el cariño entre el recién nacido y sus padres, pueden ser considerados una guía de la autoestima. El bebé debe sentirse querido y abrazado por lo que es. Por eso, en el caso de que tu bebé haya nacido con alguna anomalía o deformación física, cuide para que él no sienta tu preocupación. Acércate aún más a él. El niño que no siente que es valorado por sus padres, puede desarrollar el miedo de ser abandonado.
Como siempre decimos, cada niño es único, y en el caso de que quieras construir una buena autoestima en tu hijo, debes considerar factores como su temperamento, sus habilidades, debilidades, mecanismos de defensa, deseos, y su nivel cognitivo.

Cómo estimular la autoestima en casa
Para desarrollar el sentimiento de valía personal en los hijos es necesario que estos se sientan queridos por las personas más significativas de su entorno familiar. Por esto, la clave del éxito reside en una mejora e incremento de la comunicación entre padres e hijos.

Para fomentar la autoestima del niño puedes seguir algunos pasos a seguir:

1- Incentiva el desarrollo de las responsabilidades del niño. De una manera positiva, crea algunos compromisos y exija, en un clima de participación e interacción, su cumplimiento por parte del niño.

2- Dedica a cada hijo el tiempo que sea necesario. Cuánto más íntima sea la relación con tus hijos más fuerte será la convicción de estos acerca de su valía personal. En este sentido, los niños que posean una autoestima entre baja y mediana necesitarán un contacto mucho más personal que los que tengan una autoestima alta.

3-  Da la oportunidad al niño a que tome decisiones y resuelva algún problema.

4- Solicita a tus hijos ayuda y consejo. El hecho de asignar responsabilidades a los niños contribuye a desarrollar en ellos un sentimiento de confianza y además si le pides su opinión contribuye a aumentar sus sentido de valía personal. Se recomienda que esta ayuda y consejo se soliciten y que no se exijan.

5- Refuerza con positivismo las conductas del niño. Por ejemplo, cuando él haga los deberes, o recoja sus juguetes, o se cambie de ropa solo, dile con cariño y de forma efusiva ¡qué mayor eres!, ¡Gracias por ayudarme!, o ¡lo has hecho muy bien!

6- Pon  límites claros a tu hijo, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: "Si no recoges tus juguetes, no irás al cine". Y que no haya vuelta atrás.

7- Comparte tu vida con tus hijos. A los niños les encanta escuchar anécdotas ocurridas a sus padres. Otro aspecto, es que también les gusta que los padres les lleven a sus lugares de trabajo o a los sitios que frecuenta con sus amistades. Estos aspectos favorecen que el niño se sienta importante en la vida de sus padres.

8- Enseña a tu hijo a resolver sus propios problemas y a aprender de sus errores y faltas, de una forma positiva. Por ejemplo, si el niño no alcanza una buena nota en una asignatura escolar, anímale a estudiar más y a prepararse para superarse en el próximo examen. De nada adelantará culpabilizarlo. El niño debe sentir que un error puede ser convertido en un aprendizaje y, consecuentemente, que podrá arreglarlo si emplea más esfuerzo.

9- Se  auténtico y sincero. Este aspecto significa que con los hijos se debe ser honesto y espontáneo. Ser auténtico exige que los padres no se contradigan en las valoraciones que hagan de sí mismos y que no proyecten sus inseguridades sobre sus hijos.

10- Deja de lado las críticas que nada construyen. Los insultos no favorecerán a la autoestima del niño. En lugar, por ejemplo, de decir "eres un desordenado, tienes tu cuarto como una basura", mejor decir "No me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así, estarás demostrando que lo que a ti te disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.

11-Procura trasmitir mensajes verbales y no verbales coherentes. Los niños son muy sensibles al lenguaje gestual. Por esto, se debe de tener en cuenta que la distancia física, la velocidad del habla y la expresión facial sean coherentes con el mensaje.


Autoestima en clase

La llegada a la escuela supone un reto muy importante para el alumnado, que debe comenzar a construir su propia identidad en un medio que no conoce y en el que carece del grado de confianza que disfruta en su entorno familiar.
Por ello, es de enorme importancia que el desarrollo de una adecuada y ajustada autoestima se trabaje desde los primeros momentos y desde las primeras etapas del sistema educativo en colaboración con el otro gran pilar de la vida del niño: su familia.

Basándonos en que la socialización del alumno debe hacerse atendiendo a los grandes focos de influencia en estas edades, que son la familia y la escuela, ponemos de manifiesto la importancia de las relaciones de comunicación y participación de ambas en el proceso educativo del alumnado.

El programa de autoestima en la escuela, cuyos objetivos serán:

• Adquirir una imagen positiva.
• Confiar plenamente en las propias capacidades de actuación.
• Mejorar la independencia y autonomía.
• Confiar en la docente.