7Consejitos para tener en cuenta ante una de mis rabietas
v Vuelve
a tu tarea mientras dura mi rabieta. Ne me regañes, ni me grites, ni intentes
hacer lo mismo que yo (recuerda que eres mi modelo).
v Si
estabas conversando y te interrumpí, continúa haciéndolo.
v No
me mires, eso será un motivo más para prolongar mi rabieta.
v Cuando
mi llanto disminuya, invítame a jugar o a pasear, como si nada hubiera pasado.
v No
cedas aunque haya logrado cansarte.
v Explícame
que estás cansado de mis gritos.
v Llévame
a otra habitación y aclárame que podré regresar cuando me tranquilice.
v No
te preocupes, solo lloro porque soy muy buen actor y sé que es la mejor herramienta
para conseguir lo que quiero.
v Es
indispensable que tu “no”, sea “no” en todo momento; inclusive cuando haya
visitas, estés cansado o fuera de casa.
Lo ideal es que
nuestros niños desde muy pequeños conozcan los límites. Si por alguna razón no
siempre ha sido así, es muy importante que asumamos que, a medida que los niños
crecen, las rabietas deben desaparecer y los responsables de que así sea somos
nosotros. Por esto, debemos recordar que no podemos ceder aunque nos
cueste y nos duela; cuando el niño lo vea, comprenderá que no solo no gana
nada, sino que además pierde; pierde tiempo de juegos, alegrías y recompensas.
Esto los ayudará a crecer, madurar y nos permitirá a nosotros formar personitas
con las que será agradable pasar un tiempo.